Lisbon

Lisboa fue otro paréntesis de mis miradas cotidianas.
Fue otra ciudad de paso que me recordaba por momentos a otras ciudades, 
a otras personas y a otras sensaciones ya vividas.
Fue otro murmullo de desconocidos que me permitieron
conocer a otro de mis muchos yoes. 
Fueron 92 escalones de ida y 92 de vuelta.
Fue la mezcla perfecta entre Russian Red, Vetusta Morla y James Blake.
Lisboa ya no será un recuerdo de una cosa que no hice.